En bref : La aversión a la lactancia es un trastorno complejo que provoca emociones negativas intensas durante la toma. Este artículo explora sus causas, sus síntomas y propone estrategias concretas para afrontarlo. Existen soluciones para ayudar a las madres a superar esta difícil experiencia y recuperar una vivencia más serena, subrayando que no están solas en esta situación difícil. Para más información relacionada, puede consultar este recurso.
Identificar los síntomas: cuando el cuerpo y la mente dicen no
La aversión se manifiesta por una ola de emociones negativas que invaden a la madre en cuanto el bebé se prende al pecho. Un impulso irresistible de alejarse o de retirar al bebé es el signo más evidente. Esta agitación suele venir acompañada de una irritabilidad intensa, incluso ira o asco. Estos sentimientos desconciertan y pueden aparecer de forma repentina, incluso tras meses de lactancia feliz. Es crucial diferenciarlos del reflejo de eyección disfórico (D-MER).
En el plano físico, las manifestaciones son igualmente intensas. La madre puede experimentar escalofríos, sensación de “piel que pica” o tensión muscular por todo el cuerpo. También puede aparecer una ansiedad notable, con el corazón acelerado. Estas reacciones físicas incontrolables aumentan la incomodidad y el deseo de terminar la toma cuanto antes, generando gran angustia.
En el momento en que mi bebé mamaba, una ola de rabia y ganas de gritar me invadían. Me sentía atrapada, tocada contra mi voluntad. La culpa era inmensa; pensaba que era la única que sentía eso, una mala madre. Poner nombre a lo que vivía, la aversión a la lactancia, fue el primer paso para mejorar.
—Testimonio de Lea, Mamá de un bebé de 8 meses
¿Cuáles son las causas de la aversión a la lactancia?
La aversión a la lactancia es un fenómeno complejo con causas multifactoriales. Los desequilibrios hormonales, especialmente durante la vuelta de la menstruación o en una nueva gestación, desempeñan un papel clave. Estas fluctuaciones, que también pueden afectar la lactancia y la libido, alteran la percepción de la succión y provocan sentimientos de rechazo.
El agotamiento materno es un desencadenante potente. La fatiga extrema, las carencias nutricionales o la deshidratación hacen a la madre más vulnerable a la sobresaturación sensorial. El simple contacto con el bebé puede convertirse entonces en una fuente de agitación intensa e involuntaria, llevando a un deseo de huir.
Por último, factores psicológicos como el estrés, la ansiedad o la insatisfacción de la necesidad de espacio personal son cruciales. La combinación de estos elementos puede crear un círculo vicioso difícil de romper sin un apoyo adecuado y una buena comprensión de los mecanismos implicados.

Déclencheurs de l’Aversion et Solutions Immédiates
| Déclencheur Courant | Stratégie d’Apaisement Immédiate |
|---|---|
| Fatigue extrême / Manque de sommeil | Amamantar en posición lateral y recostada (biological nurturing) para poder descansar al mismo tiempo. Pedir a la pareja que se encargue justo después de la toma para permitir una siesta. |
| Déshydratation ou faim | Preparar una «cesta de lactancia» con una gran botella de agua, zumos y snacks saludables (frutos secos, barritas de cereales) al alcance. Mantenerse bien hidratada es crucial, especialmente en climas calurosos. |
| Sur-stimulation sensorielle | Aislarse en una habitación tranquila y con poca luz. Usar auriculares con música suave, un audiolibro o un podcast para crear una burbuja y desviar la atención de las sensaciones desagradables. |
| Douleurs physiques (dos, mamelons) | Usar un cojín de lactancia para un soporte óptimo y variar las posiciones. Verificar el agarre al pecho. Si el dolor persiste, consultar a una especialista. |
| Sensation d’être «piégée» ou «touchée» en permanence | Practicar técnicas de mindfulness: concentrarse en la respiración (inhalar 4 tiempos, exhalar 6), contar objetos de un color concreto en la habitación o distraerse con el móvil para relajar la mente. |
Estrategias a largo plazo para superar la aversión
Para superar la aversión a la lactancia, combina estrategias de distracción con un apoyo sólido. Durante la toma, ocupa tu mente con un libro o un podcast para desviar la atención de las sensaciones negativas. Al mismo tiempo, el apoyo de tu pareja es crucial: comunica abiertamente lo que sientes; puede ayudarte creando un entorno tranquilo. Esta alianza entre distracción y apoyo exterior es la clave para recuperar una experiencia de lactancia más serena.
Encontrar apoyo: profesionales a consultar
Frente a la aversión, es crucial no permanecer sola. El primer paso suele ser contactar a una asesora de lactancia certificada IBCLC. Ella evaluará la situación en su conjunto, desde la succión del bebé hasta su bienestar. Un médico o una matrona también podrán descartar posibles causas médicas subyacentes, como carencias o desequilibrios hormonales. Nunca subestime la importancia de un diagnóstico profesional para entender el origen del problema.
El aspecto emocional es igual de importante. Consultar a un psicólogo o terapeuta puede ofrecer un espacio seguro para expresar sus sentimientos sin juicio. Por último, los grupos de apoyo entre madres, en línea o presenciales, son un recurso valioso. Compartir su experiencia sobre la aversión a la lactancia ayuda a romper el aislamiento y a encontrar soluciones concretas con pares que comprenden verdaderamente su vivencia.
Preguntas Frecuentes sobre la Aversion a la Lactancia
¿Significa esto que no quiero a mi bebé?
Para nada. Es fundamental entender que la aversión a la lactancia es una reacción involuntaria, frecuentemente de origen hormonal o fisiológico, y no refleja tus sentimientos. Puedes querer profundamente a tu bebé y al mismo tiempo experimentar estas emociones negativas intensas durante la toma. La culpa es una reacción común, pero es esencial recordar que lo que sientes no es una elección y no define tu amor materno.
¿Puede desaparecer la aversión?
Sí, para muchas madres la aversión es un fenómeno pasajero o cíclico. Puede disminuir o desaparecer por completo al identificar y actuar sobre sus desencadenantes (fatiga, carencias, sobreestimulación). A veces está vinculada a periodos específicos como un nuevo embarazo o la vuelta de la regla. También es importante no confundirla con otros fenómenos como el reflejo de eyección disforico (D-MER), que tiene mecanismos diferentes. Con el apoyo adecuado y las estrategias correctas, es totalmente posible superar esta dificultad.
¿Debo dejar de amamantar?
Esa decisión es totalmente tuya y debe tomarse sin culpa. El objetivo es el bienestar de la díada madre-bebé. Antes de decidir dejar la lactancia, puedes probar estrategias de manejo: reducir la duración de las tomas, ofrecer el pecho solo en ciertas condiciones o practicar un destete parcial. Si aun así la aversión afecta gravemente tu salud mental, el destete puede ser una solución sana y necesaria. Una madre serena y plena es lo más importante para su bebé, independientemente de cómo se alimente.
Paroles de mères : elles ont surmonté l’aversion
Le conseil de Manon :
«Descubrí que mi aversión estaba ligada a una deficiencia de magnesio y a un cansancio extremo. Suplementarme, siguiendo el consejo de mi médico, y obligar a mi pareja a relevarme para que pudiera dormir disminuyó las sensaciones negativas en un 80% en pocas semanas. Nunca subestimen el impacto de lo físico en lo mental.»
Le conseil de Chloé :
«Para mí, la clave fue reducir la duración de las tomas y dejar de forzarme. También entendí que lo que sentía se acercaba al reflejo de eyección láctea disfórico. Ponerle un nombre fue liberador. Alterné con biberones de leche extraída y esa flexibilidad salvó mi lactancia.»
Le conseil d’Amira :
«El apoyo de mi grupo de madres fue crucial. Compartir mi experiencia sin ser juzgada me quitó un peso enorme. Nos intercambiamos trucos, como pellizcarse la propia piel para ‘desviar’ la sensación de irritación o tomar una tisana relajante justo antes de dar el pecho. Esas pequeñas cosas marcaron una gran diferencia.»
Aversión a la lactancia: no estás sola
La aversión a la lactancia es una experiencia compleja, pero no estás sola y existen soluciones. Recuerda que estas emociones difíciles no cuestionan el amor que sientes por tu bebé. Identificando las causas y aplicando estrategias adecuadas, es posible recuperar la calma. Sobre todo, atrévete a pedir ayuda y libérate de la culpa. El apoyo es clave para atraversar este periodo y tomar decisiones informadas para ti y tu hijo.
