En resumen : Las grietas por lactancia se presentan visualmente como fisuras o pequeñas heridas en el pezón, a menudo debidas a un agarre incorrecto al pecho. Este artículo te guía con fotos para reconocerlas, entender su origen y tratarlas eficazmente. Aprende a identificar los signos, prevenir su aparición y saber cuándo consultar a un profesional sanitario para obtener apoyo adecuado, especialmente si observas un pezón blanco.
Galería de fotos: Identificar el aspecto de las grietas por lactancia
Foto 1: La grieta leve o agrietamiento
En esta imagen se aprecia una fisura superficial, similar a un pequeño corte o agrietamiento en el pezón. El color suele ser rosado o rojo intenso. El dolor es típicamente agudo al inicio de la toma pero puede disminuir después. Es la etapa inicial, una señal para ajustar rápidamente la sujeción del bebé al pecho y evitar que la lesión empeore.
Foto 2: La grieta profunda y/o sangrante
Esta foto muestra una lesión más grave, un corte limpio que puede supurar o sangrar. El dolor suele ser constante e insoportable. Una herida así es una puerta de entrada para infecciones. Es crucial actuar con rapidez y cuidados adecuados. Para más ejemplos y comparaciones, consulte esta página.
La lactancia no debe doler. Un dolor agudo desde el inicio de la toma es una señal de alarma. Aprenda a observar su pezón: un simple enrojecimiento o un sangrado, aunque sea mínimo, indica que hay que actuar sin demora.
—Chloé L., Consultora de lactancia IBCLC
Las Etapas de Evolución de una Grieta: De la Irritación a la Fisura
La primera etapa suele ser una simple irritación. El pezón aparece enrojecido, sensible e incluso ligeramente hinchado tras la toma. El dolor está presente pero puede ser tolerable. En esta fase aún no hay herida abierta, pero es una señal de alarma crucial que indica un problema de agarre o succión que debe corregirse de inmediato para evitar empeorar.
Sin intervención, la irritación progresa a una fissura superficial. Se hace visible un pequeño corte, parecido a una grieta, en la punta o la base del pezón. El dolor se vuelve más intenso y agudo, sobre todo al comienzo de la toma. Esta etapa requiere cuidados locales y una corrección rápida del posicionamiento para permitir la cicatrización y evitar que la situación empeore.
La etapa más avanzada es la grieta profunda y sangrante. La fisura se ensancha, se profundiza y puede sangrar, haciendo la lactancia extremadamente dolorosa. El riesgo de infección aumenta. Consultar fotos de grietas en la lactancia puede ayudar a identificar este estadio y entender la urgencia de acudir a un profesional sanitario para un plan de cuidados adaptado: sangrado durante la lactancia.

Tabla comparativa visual de los estadios de la grieta
| Estadio de la grieta | Descripción de la imagen | Síntomas asociados |
|---|---|---|
| Estadio 1 : Irritación | El pezón está enrojecido, brillante, con la piel muy fina, como un roce o una ligera quemadura. No se aprecia corte visible. | Dolor agudo al inicio de la toma que disminuye después. Sensibilidad al roce con la ropa. |
| Estadio 2 : Fisura superficial | Aparecen una o varias pequeñas grietas, a menudo en la unión entre el pezón y la areola. La fisura es nítida pero poco profunda. Compare con nuestra guía relacionada. | Dolor intenso y persistente durante gran parte de la toma. Sensación de «cuchillada». |
| Estadio 3 : Fisura profunda | La grieta es profunda, abierta, con bordes bien visibles. Pueden formarse costras y es posible un ligero sangrado durante la lactancia. | Dolor extremo que puede hacer la toma insoportable. Aprensión antes de poner al bebé al pecho. |
| Estadio 4 : Grieta infectada | La fisura muestra signos de infección: supuración amarillenta o verdosa, pus, enrojecimiento extenso y calor alrededor de la areola. | Dolor pulsátil incluso entre tomas, sensación de ardor intenso, fiebre y escalofríos posibles. Consultar con un profesional de salud de forma urgente. |
Causas de las grietas: una mala sujeción al pecho suele ser el origen
La causa principal de las grietas es una mala sujeción al pecho. Si el bebé no toma suficiente areola, pellizca y frota el pezón. Esta fricción repetida provoca lesiones dolorosas. Visualmente, una mala sujeción se aprecia por labios apretados y una barbilla alejada del pecho. Una buena posición es por tanto crucial para prevenirlas y para su curación.
En cambio, una succión correcta muestra una boca bien abierta y los labios evertidos. A veces el problema es anatómico. Un freno lingual restrictivo, por ejemplo, puede impedir una succión adecuada y causar grietas. La observación cuidadosa es la clave del diagnóstico para encontrar la solución apropiada.
Grietas u otra cosa? Aprender a diferenciarlas
Un dolor intenso, como agujas en el pecho, puede indicar una candidiasis mamaria. Visualmente, el pezón puede verse rosado intenso, brillante y a veces con descamación. A diferencia de la grieta, el dolor suele persistir después de la toma. Observe también la boca de su bebé en busca de manchas blancas (muguet), un signo frecuente de infección compartida. Es imprescindible un diagnóstico médico para un tratamiento antifúngico adecuado para ambos.
El eccema del pezón se manifiesta con picor intenso, piel seca y enrojecimiento. Puede ver pequeñas vesículas o placas supurantes que forman costras. El aspecto suele ser más difuso que una fisura nítida de grieta. Si tiene antecedentes de eczema, el riesgo es mayor. Consulte para obtener una crema con corticosteroides compatible con la lactancia y descartar otros diagnósticos.
El vasoespasmo provoca dolor agudo, similar a una quemadura, durante o después de la toma. El pezón se vuelve de repente blanco, luego puede tornarse azul o rojo al calentarse. Este fenómeno se debe a mala circulación, a menudo desencadenada por el frío o una sujeción inadecuada al pecho. Aplicar calor seco inmediatamente después de la toma puede aliviar eficazmente el dolor. Para más información, consulte nuestro artículo sobre el pezón blanco durante la lactancia.
Palabras de mamás: describen sus grietas y sus soluciones
Opinión de: Chloé
«Al principio era solo una línea roja en el pezón, que pronto se convirtió en un corte profundo y muy doloroso, sobre todo al poner al bebé al pecho. La crema de lanolina y las compresas con leche materna me ayudaron mucho. También corregí la posición con una asesora, fue la clave.»
Opinión de: Sophie
«Para mí se parecía a una grieta en los labios, pero en el pezón. Estaba seca y sangraba un poco después de cada toma. El dolor era fulminante. Mi matrona sospechó un frenillo lingual restrictivo en mi bebé. Tras una pequeña intervención, la succión mejoró y mis grietas finalmente pudieron curar.»
Opinión de: Manon
«Tenía varias pequeñas fisuras en la punta del pezón, como cortes de rasuradora. A veces se formaba una costra amarillenta. Usé protectores de pezón de silicona durante unos días para dejar descansar mis pezones. Paralelamente, aplicar mi propia leche y dejarlo al aire hizo maravillas.»
Cuidados y Prevención de las Grietas: Los Gestos Ilustrados
La prevención es clave. Una buena posición del bebé es fundamental para evitar las grietas. Observe las fotos comparativas: la boca del bebé debe estar bien abierta, abarcando una gran parte de la areola y no solo el pezón. Si el dolor persiste pese a una posición que parece correcta, un problema de anclaje o frenillo lingual puede ser la causa; un ajuste temprano lo cambia todo: más información.
Para los cuidados, la aplicación de una crema a base de lanolina purificada tras cada toma puede ayudar mucho en la cicatrización. Como muestra la imagen, basta con una pequeña cantidad. Aplíquela suavemente sobre el pezón y la areola. También es beneficioso dejar los senos secarlos al aire unos minutos. Este gesto simple favorece la curación y previene la maceración.
El uso de conchas para lactancia es una ayuda valiosa. Protegen los pezones irritados del roce de la ropa, como ilustra la foto. Al crear un espacio aireado, favorecen la cicatrización y pueden recoger pequeñas fugas de leche. Elija modelos con orificios de ventilación para evitar un ambiente demasiado húmedo que pueda retrasar la curación.
Preguntas frecuentes sobre el aspecto de las grietas por lactancia
¿Cómo se ve una grieta infectada?
Una grieta infectada muestra signos visuales claros que deben alertar. Más allá de la fisura en sí, puede observarse enrojecimiento intenso y extendido alrededor del pezón, hinchazón de la areola y, a veces, una secreción de pus amarillento o verdoso. La zona puede estar anormalmente caliente al tacto. El dolor, en lugar de calmarse tras la toma, suele volverse pulsátil y constante. También pueden acompañar fiebre o escalofríos por la sobreinfección bacteriana.
¿Son graves mis grietas?
La gravedad de una grieta se valora según su profundidad, el dolor que provoca y su impacto en la lactancia. Una simple irritación ya es una señal de aviso. Se considera grave si es profunda, muy ancha o si sangra abundantemente en cada toma. Un leve sangrado durante la lactancia puede ocurrir, pero si persiste o si el dolor te hace evitar dar el pecho, es crucial actuar. La falta de mejoría pese a los cuidados también es signo de gravedad.
¿Puede una grieta parecerse a un punto blanco?
No, su aspecto es bastante distinto. Una grieta es una fisura o corte en la piel del pezón, una lesión lineal a menudo rosada o roja. Un punto blanco, en cambio, suele ser un poro lactífero obstruido. Visualmente aparece como una pequeña ampolla o vesícula blanca en la punta del pezón, causada por leche espesa que bloquea un orificio. Aunque ambos pueden doler, su apariencia y causa no deben confundirse.
¿Cuándo debo mostrar mis grietas a un médico?
Es imprescindible consultar a un profesional de la salud (médico, matrona, asesora de lactancia) si observas signos de infección (pus, fiebre, enrojecimiento extendido). Consulta también si el dolor es insoportable, si la grieta no muestra ninguna mejoría tras 48 horas de cuidados cuidadosos (corrección del agarre, aplicación de lanolina, etc.), o si parece agrandarse o profundizarse. Un consejo médico es necesario para recibir el tratamiento adecuado y proteger la lactancia.
